Un momento del desfile frente a Cort. FOTO: SEBASTIÀ AMENGUAL

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Los valencianos de Mallorca celebraron a lo largo del día de ayer la Festa de la Mare de Déu dels Desemparats. La jornada dio comienzo con una misa en la iglesia dels Socors, en una de cuyas capillas "según se entra, la primera a mano izquierda" se venera la imagen de la patrona de los valencianos.

La misa, en cuyos prolegómenos se llevó a cabo la ofrenda floral por parte de valencianos y valencianas, mayores y pequeños, de paisano o ataviados con los trajes típicos de la tierra, fue celebrada por el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, valenciano de Ontinyent. En el transcurso de la misma, la Coral del Monasterio de la Real puso la nota musical. Igualmente, se impuso un corbatín a los estandartes de la falla All i Pebre de es Coll d'en Rabassa.

Finalizado el acto religioso, se formó el cortejo en la misma plaza de la iglesia y, a pie, se fueron hacia la Plaça d'Espanya, pasando por Assistència Palmesana, Plaça de Sant Francesc, Plaça de Santa Eulàlia, Plaça de Cort, calles de Sant Miquel y Porta Pintada. De vez en cuando, sobre todo en las paradas, se escuchaban las típicas explosiones de petardos, que en volumen acústico nada tuvieron que ver con la que se organizó en la Plaça d'Espanya, donde se disparó la gran traca.

A la una del mediodía, en el anfiteatro romano del Pueblo Español, la Banda Municipal de Palma, en la que hay muchos músicos valencianos, dio un concierto a base de música mallorquina y valenciana, actuando a lo largo del mismo el tenor Pedro Granados. Finalizó el concierto con el «Himne a la regió».