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El Monasterio de Santa María Magdalena de Palma acogió en la mañana de ayer sábado la ceremonia de profesión, en la orden de las canonesas regulares de de San Agustín, de dos jóvenes mallorquinas. La primera fue Catalina Font Vidal, de 26 años de edad y natural de Porreres, que profesó los votos temporales de castidad, obediencia y vivir sin propiedad. Después de la aspersión del agua y de la petición por parte de la profesa simple, el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, realizó un interrogatorio eclesiástico a Catalina para esclarecer si estaba dispuesta a entregarse a Dios y avanzar por la senda de la caridad perfecta, según la Regla y Constituciones de la Orden. Las respuestas fueron afirmativas en todo momento, por lo que el obispo confirmó la decisión.

A continuación, la que iba a profesar se acercó a la Priora Madre Margarita Victoria Bruno para leer la fórmula de profesión. Para finalizar, el celebrante entregó a la profesa el velo negro, el libro de la Liturgia de las Horas, el libro de la Regla y Constituciones de la familia canonical y el roquete. A su vez, María del Pilar Fernández, de 24 años de edad y natural del Coll de'n Rebassa, realizó la profesión solemne y fue consagrada virgen. Antes de realizar el interrogatorio correspondiente, el obispo Úbeda pronunció la homilía, en la que destacó el carácter sorprendente que conllevaba esta ceremonia entre la sociedad.

Durante la oración litánica, María del Pilar permaneció postrada en el suelo como símbolo de humildad. Acabada la oración, se acercó a la priora para leer la fórmula de profesión que finalizó con la solemne oración consacratoria. Por último se llevó a cabo la entrega del anillo y la entonación de las palabras de la Priora que reafimaban que la profesa era admitida definitivamente en la comunidad.