La exposición pretende reflejar la esencia de París a través de sus gentes y aspectos desconocidos.

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«A lo largo de casi cincuenta años mi enamoramiento por París ha perdurado y ha motivado más de una docena de visitas. La última fue en 1997, cuando con una pequeña pero eficiente cámara fotográfica en las manos, evitando tópicos y monumentos, realicé esta personal exposición». Con estas palabras, Josep Planas Montanyà, artífice de la sección de Ultima Hora «Imágenes de ayer», explicaba su última exposición fotográfica, que se acoge en la cafetería de El Corte Inglés de Jaume III hasta el próximo día 31 de mayo.

Bajo el título general «Un cop d'ull a París», y a través de 60 fotografías, Planas ofrece su personal visión sobre la ciudad francesa, evitando en todo momento los lugares típicos. Dotar de eternidad a París es el objetivo básico que persigue el autor con esta exposición. Desde su infancia, Planas Montanyà se ha sentido profundamente atraído por la ciudad de los arcos. «Cuando tenía cuatro años nació mi hermana y todo el mundo me decía que venía de París, pero yo no sabía dónde estaba», rememora nostálgicamente este fotógrafo. A los 13 años, durante la Guerra Civil, tuvo conocimiento de que en París se estaba realizando una Exposición Universal «más grande que la de Barcelona».

En 1940, mientras contemplaba el No-Do, una imagen del desfile de las tropas alemanas frente al Arco del Triunfo le cautivó. Doce años más tarde realizó su primera visita a la capital francesa. Los boulevards, la Sacré Coeur, la Place Pigalle, el Moulin Rouge, el Museo de Louvre... provocaron un efecto devastador en sus retinas. «Debido a mi tendencia enamoradiza, París me dejó cautivado y fascinado», comenta Planas sobre su primer viaje. Desde ese mismo año los viajes se sucedieron.

El último fue en 1997, cuando consiguió plasmar la esencia parisina en una exposición, que ahora ve la luz. Una diminuta cámara, pero con bastante definición, fue el único instrumental utilizado por este veterano de la fotografía. «No quería asustar a las personas que fotografiaba con una cámara de grandes dimensiones; de esta manera la gente se sentía mucho más a gusto», justificaba Planas. «Un cop d'ull a París» pretende reflejar la esencia de esta ciudad desde sus gentes, huyendo de los típicos monumentos propios de las guías de ocio. La luminosidad y el colorido de las fotografías cautivan al espectador hasta el punto de conseguir adentrarlo en la capital francesa, como si de un viaje en el tiempo se tratara.