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La Festa Major de la Casa Catalana de Mallorca no fue una fiesta como la de los otros años. La celebrada ayer coincidió con el 50 aniversario de su fundación, brillando a gran altura los actos organizados por la junta que preside Josep Planas i Muntanyà.

A las doce en el Passeig Marítim se reunieron más de un centenar de socios y una veintena de pubilles para iniciar el baile de sardanas. Contó con la asistencia del alcalde de Palma, Joan Fageda, quien se unió a uno de los corros para bailar «La Santa Espina». A continuación se dirigieron al hotel Palas Atenea para celebrar una comida de compañerismo a la que asistió el músico manacorí Rafael Nadal, colaborador de la Casa Catalana. Acabado el ágape, el presidente, Josep Planas i Muntanyà, procedió junto a Joaquim Fernández y Núria Dalmau a la entrega de una placa conmemorativa y un ramo de flores a cada una de las antiguas pubilles, que se acercaron a recoger el obsequio portando su banda acreditativa.

Siguió el acto de imposición de bandas a las damas de la pubilleta, Irene Ribas y Maria Montmany; al hereuet, Biel Vidal; y a la pubilleta 2001, Marina Vidal. La pequeña leyó el texto que en su día no pudo leer su madre por embargarle la emoción al ser nombrada pubilla. Marta Jaume Sart, pubilla del año 2000, se despidió de su cargo recibiendo una placa conmemorativa y un ramo de flores, no sin antes destacar que se sentía muy satisfecha de haber ostentado este cargo y la gran ilusión que le suponía estar rodeada este día de las antiguas pubilles, y felicitó públicamente por su cumpleaños al presidente, Josep Planas i Muntanyà, correspondiendo los socios cantándole el Moltes felicitats. En el cincuenta aniversario recibieron la placa de honor por sus veinticinco años como socios Carles Garcia y Daniel Mercader.

Por último, fue nombrada pubilla 2001 de la Casa Catalana de Mallorca la joven Maria Àngels Lliteras, a quien le impuso la banda su padre, dedicándole el título a su abuela. El alcalde de Palma, Joan Fageda, cerró el acto con un parlamento en el que destacó: «Cincuenta años son muy importantes para la Casa Catalana y estoy muy contento de ser alcalde coincidiendo con esta fecha, pues será un recuerdo imborrable». El ballet de Yolanda Sánchez ofreció una actuación que fue acogida con mucho interés por los socios, que se volcaron con las jóvenes con fuertes aplausos.