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Como es habitual, cada 23 de abril, celebramos el Día del Libro con diversos actos, entre ellos, la tradicional sesión fotográfica de escritores mallorquines promovida por Ultima Hora . En esta efeméride, que conmemora el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, todas las actividades de la jornada se encaminan al fomento de la lectura, algo que, desgraciadamente, sigue siendo necesario en este país.

Los hábitos de la población, más tendentes a medios menos creativos, como la televisión, han dejado en un lugar más discreto y alejado de lo que sería deseable a la lectura, una costumbre que requiere de un mayor esfuerzo y de más imaginación, pero que, sin lugar a dudas, supone un enriquecimiento cultural nada desdeñable.

Las nuevas tecnologías tampoco se han quedado al margen de la literatura. De hecho ya existen determinados portales de internet de los que es posible descargarse alguna obra completa, aunque queda mucho por delimitar y por legislar para que sean respetados los derechos de autor, como ya ha sucedido en el caso de la música.

En cualquier caso, los avances tecnológicos pueden ser útiles también para incentivar la lectura entre los más jóvenes, pero no es la única vía. En este sentido es preciso mejorar la educación, hacer que aficionarse a los libros sea algo fácil. Es una tarea compleja, aunque necesaria.

El Día del Libro es un buen momento para reflexionar sobre las carencias de las que adolecemos, pero también es una jornada en la que debemos recordar a los grandes maestros de la palabra y en la que podemos abrir nuestras puertas a los autores más recientes. Claro está que para leer es bueno cualquier momento, cualquier mes, cualquier día. Bueno es que tengamos presente esto precisamente hoy.