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La tensión, y la posibilidad de no poder comprar cordero mallorquín de cara a las fiestas de Pascua, volvió ayer tras la decisión de la empresa que gestiona el matadero de Palma, Carn Illa, de no aceptar más animales para el sacrificio al tener el cupo cubierto. Así, ayer por la mañana, los abastecedores que mandaron animales al matadero se encontraron que los corrales de la instalación ya estaban llenos y que la dirección se negaba a aceptar más reses.

Este hecho provocó la indignación de los abastecedores, quienes, a través de su representante, Llorenc Rigo, exigieron que se cumpla el compromiso de sacrificios que Carn Illa adoptó para cerrar la crisis originada cuando los mayoristas amenazaron con no comprar cerca de 12.000 corderos de la Isla. De hecho, según Rigo, los abastecedores no tendrán más remedio que traer corderos de la Península, concretamente de Teruel, para poder hacer frente a los compromisos que tienen adquiridos con las carnicerías.

El portavoz de los afectados recordó que el gerente de Carn Illa, Joan Sastre, se comprometió a sacrificar unos 12.000 corderos entre la semana pasada y esta y que, tras la negativa del matadero a aceptar más animales, apenas se llegará a 6.000. Por su parte Sastre negó que haya problemas con los abastecedores aunque reconoció que ha impedido la entrada de más animales porque es materialmente imposible que los matarifes puedan trabajar más «de lo que lo están haciendo en la actualidad». El gerente de Carn Illa aseguró que el Jueves Santo no se trabaja y que, por lo tanto, los corrales tienen que quedar vacíos en esa fecha y no pueden aceptar más. «Los abastecedores no deben pretender que hagamos en dos días el trabajo de un mes y los matarifes no pueden dar más de sí».