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La ejecutiva del PSIB decidió ayer personarse como acusación particular en el «caso Bitel», el supuesto espionaje político que realizó Jaume Matas cuando presidía el Govern al entonces president de la Comissió Insular d'Urbanisme, Jaume Matas. La decisión se ha tomado después de que el perito del Govern descubriera que en el ordenador del funcionario se había guardado en su momento un documento interno de las primarias del PSOE que alguien había remitido a Quetglas.

Según explicó ayer Damià Cànoves, secretario de organización del PSIB, este documento sale de una copia de seguridad contenido en cuatro cintas informáticas que se entregaron al juez. Para Cànoves, tras la constatación de que existió espionaje, no es «descabellado» pensar que se produjeran otros redireccionamientos de correos electrónicos diferentes al de Francesc Quetglas. Afirmó que sería interesante descubrir en qué modo beneficiaron al PP o a personas particulares, ya que parte de la información se refería a la moratoria urbanística.

Para Cànoves, si esta situación es grave, más importante es todavía el hecho de que el Govern de Matas «manipulara» una empresa privada participada por el Ejecutivo "la empresa Bitel" «con objetivos políticos claros contra el Govern y contra el Consell de Mallorca». El número dos de los socialistas de las Islas consideró absolutamente necesario que el PP asuma responsabilidad. «Si no lo hace "opinó" entrará en un proceso de descomposición que nos afectará a todos». Cànoves recordó la diferente actitud del PP cuando estaba en la oposición en Madrid y ahora; entonces hizo dimitir al president del Govern, Gabriel Cañellas, mientras que ahora ha decidido mantener a Jaume Matas «aunque esté implicado en dos casos».

Cánoves consideró además que Jaume Matas y su entorno están llevando a cabo una «estrategia evasiva para cargar las culpas a los subordinados, pero es difícil creer que sean ellos quienes tienen la responsabilidad política».