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El Govern balear, el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma acordaron ayer poner en marcha «lo antes posible» un decreto, seguramente a través de las Consellerias de Medi Ambient y Agricultura, que regulará el vertido de lodos y fangos y su posterior uso agrícola.

Esta medida, acordada ayer por la comisión de seguimiento y estudio del Plan Director de Residuos Urbanos de Mallorca, fue calificada por los responsables como «solución a corto plazo» ya que está previsto poner en marcha una planta de tratamiento de lodos y fangos de depuradoras para convertirlos en compost para finales del año 2002, según comentó Miquel Àngel Borràs, responsable del departamento de Medi Ambient del CIM. Borràs resaltó que a pesar de la «alarma» creada por el vertido de lodos en Sant Jordi este material «no es peligroso para los humanos» aunque comentó la necesidad de regular esta actividad.

El responsable de Medi Ambient del Consell explicó que la normativa sobre el tratamiento de fangos que se publicará «en breve» se desarrollará a partir de un Real Decreto de 1990 en el que se establece la correcta utilización de estos materiales resultantes de la depuración y recordó que el CIM no tendrá competencias en la materia hasta que se ponga en marcha la planta.

Por otra parte, Borràs anunció que la prevista planta de incineración de restos animales estará concluida antes de diez meses y que tendrá capacidad para tratar 20.000 toneladas anuales en vez de la 15.000 previstas en un principio. Asimismo, el responsable de Medi Ambient aseguró que realizarán controles de los niveles de emisión de la central de Gesa que se está construyendo en Son Reus y remarcó que no permitirán que se produzcan emisiones peligrosas para los vecinos de la zona.