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Jardines de la Reina Quienes vayan a Cuba de vacaciones, sepan que a tres horas de barco, sobrepasada la isla de la Juventud, está un grupo de islas denominadas Jardines de la Reina, que, aunque bajo bandera cubana, están regentadas por unos italianos. Se trata de un paraíso terrenal rodeado de agua por todas partes, lejos del mundanal ruido, donde sólo se disfruta de la vida pescando, comiéndose lo que se ha pescado y navegando. Es la alternativa al sol y la hamaca, pero que no está al alcance de todo el mundo, pues, por lo visto, llegar hasta allí no es fácil. Se necesita de un permiso especial del gobierno de Castro. Tomeu, propietario del restaurante Rififí de Palma, ha sido uno de los pocos privilegiados que han estado en los Jardines de la Reina. Junto a otros 17 turistas, han vivido en un barco, «que es el hotel», han tenido un montón de gente pendiente de ellos y han pescado lo que han querido y cuanto han querido, desde el alba hasta el anochecer, en parajes maravillosos donde parece que el tiempo se ha detenido. «Nos ha salido a unas 32.000 pesetas por día, alojamiento y manutención incluidos. Incluso hemos practicado la caza submarina. ¡Una gozada! Porque no vea usted qué peces ¡y qué tamaño! Meros de más de cien kilos».

La 'Llamp' ya en su sitio, el 'Fortuna', no
Siguen los preparativos en Portopí, aunque al paso que van pintando el «Fortuna», me temo que a lo peor no están a tiempo, pues ayer, a pocos días del inicio de las vacaciones reales en Marivent, el yate real seguía en el hangar, rodeado de andamios, con algunos pintores enfundados en monos blancos sobre ellos, remachando la faena. Mientras, la «Llamp» había sido depositada por una grúa en el mar, desplazándose a motor hasta el pequeño muelle construido en la hendidura que han hecho en la esquina de la base. ¿Que qué le están haciendo al «Fortuna»? ¡Qué más quisiera que saberlo!, ya que el «Fortuna» y su entorno es poco menos que secreto de Estado. Aunque está claro que lo están pintando, por arriba "de momento en la zona de popa" y por abajo, ahí de negro; que le han revisado las turbinas para que no vuelva a fallar y que, probablemente, al ser dos más en la familia, habrán remozado el interior para tener más cabida.