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R.C./P.C. La Federación Hotelera de Mallorca critica la actitud del presidente del Govern, Francesc Antich, de no concretar de forma oficial la reunión con los empresarios en el Consolat de la Mar, pese a anunciarla ya hace casi un mes en el transcurso de la pasada ITB de Berlín. El presidente de la patronal hotelera, Pere Cañellas, indica que «tras la reunión extra oficial y privada que hubo el mes pasado en Algaida, nadie nos ha remitido una propuesta concreta para ser analizada por la junta y asamblea de la Federación Hotelera de Mallorca. Pensamos que Francesc Antich, después de la petición de diálogo que nos realizó en Berlín, está quedando en entredicho ante la opinión pública al no cumplir su promesa».

Desde la patronal hotelera añaden que están a la espera de que el Govern les formule «de forma oficial» una propuesta concreta sobre la ecotasa, «lo único que sabemos es que el impuesto será aprobado el próximo martes en el Parlament, de ahí que hasta que no se desarrolle el reglamento de la ley y sea aprobado no se podrá plantear el recurso ante el Constitucional. Se ha hablado mucho sobre todo lo acontecido, pero desde el Govern no hay relación oficial sobre esta cuestión, que es lo que pedimos». En cuanto a la implantación del impuesto turístico, el presidente de la Asociación de Asesores Fiscales de Baja Sajonia y Sajonia Anhalt, Michael Korth, recomendó ayer en Palma «camuflar» la ecotasa en «algunos de los impuestos ya existentes para evitar entre los turistas alemanes la sensación de que sólo se quiere recaudar más dinero».

Los asesores fiscales germanos celebran estos días un congreso en el Pueblo Español de Palma, que ha congregado a más de cien especialistas, y como es lógico este proyecto del Govern ha sido analizado por sus repercusiones. En este sentido, Korth dijo desconocer si la aplicación de una tasa destinada a la protección del medio ambiente y la regeneración de zonas turísticas «asustará o no a los visitantes germanos», pero sí admitió que un impuesto especial de estas características, pendiente aún de implantación en Balears, «tiene muy mala prensa» en Alemania. Y no es tanto por la cantidad (un euro al día como promedio) sino porque los visitantes alemanes tienen la mentalidad de que se quiere recaudar más dinero aduciendo motivos ecologistas».