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Tras cuatro años consecutivos de beneficios, la Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (EMAYA) ha cerrado el ejercicio del año 2000 con un déficit de 415 millones de pesetas. La presidenta de EMAYA y teniente de alcalde del Ajuntament de Palma, Maria Crespo, presentará hoy el informe de gestión del pasado año al consejo de administración de la empresa, en el que se hace referencia a las causas de las pérdidas: «Consecuencia de los fuertes incrementos de los costes, en especial las adquisiciones de agua y los gastos de personal». Crespo destacó ayer que una de las causas de este resultado económico negativo era la firma del nuevo convenio.

Por lo que respecta a los partidos de la oposición, los grupos municipales del PSIB-PSOE y del PSM-EN mostraron su actitud crítica hacia el balance presentado y hacia las causas argumentadas para justificarlo. Según señaló la regidora socialista Maria Rosa Marquès, su partido considera que «el origen de las pérdidas del año 2000 proviene de una gestión poco transparente de la empresa».

«Pese a lo que se dice en el informe, pensamos que las adquisiciones de agua no han sido por sí solas las causantes del resultado deficitario del pasado año», prosiguió Marquès, para concluir: «Lo que sí hemos constatado es una falta total de transparencia por parte de EMAYA por lo que respecta a la política de personal y a los criterios de contratación. Llevamos casi un año pidiendo información sobre estos puntos y todavía no se nos ha dado».

«Me preocupa el espectacular aumento del endeudamiento de EMAYA y de la deuda de Cort con la empresa», señaló el regidor del PSM-EN Biel Barceló, quien también lamentó que en el informe no aparezcan las partidas económicas desglosadas, como en años anteriores. Por otra parte, Maria Crespo señaló que seguirán vigentes en Palma las Zonas Acústicamente Contaminadas (ZAC) "por ejemplo, en sa Llonja", y que se pondrán en marcha las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS).