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«Hice lo que me decían los técnicos y lo que ponía el proyecto», declaró ayer en calidad de imputado el constructor del hotel Tívoli, Joan Rigo, a la titular del Juzgado de Instrucción número cinco de Palma, que investiga la tragedia que el pasado 19 de enero segó la vida de dos obreros cuando se realizaban obras de acondicionamiento del establecimiento de s'Arenal. Rigo culpó a los técnicos de lo ocurrido en una larguísima declaración que fue suspendida tras casi cuatro horas y que se reanudará hoy. A la diligencia previa al juicio, asistieron los abogados de cada una de la partes representadas y el fiscal.

Rigo, responsable de la empresa constructora que estaba realizando la reforma del antiguo hotel Tívoli, había pedido autorización al juzgado para realizar un informe técnico sobre las causas del derrumbe. Según otro informe que obra en poder de la juez, éste concluye que el edificio se derrumbó por un exceso de peso en uno de los muros. Esta tesis coincide, básicamente, en líneas generales con el estudio que realizaron los bomberos. La primera persona citada a declarar la semana pasada fue el promotor de la construcción, José Forteza Rey, pero la vista fue suspendida hasta que se aclare si lo tendrá que hacer como imputado o acusación particular. También tendrán que declarar en calidad de imputados el resto de técnicos que intervinieron en la obra, como son el arquitecto y el aparejador.

La juez Ana San José intentará determinar qué personas fueron las responsables de que se produjera este accidente laboral. El arquitecto Juan Vila, pro su parte, ha mantenido que él no realizó ningún proyecto técnico de ejecución de obra de la parte del edificio que se derrumbó.