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M.G./P.C.
La conferencia pronunciada por el filósofo Fernando Savater en el campus universitario estuvo libre de incidentes, pese a la protesta formal realizada por la Coordinadora d'Estudiants dels Països Catalans (CEPC) en la que pedían explicaciones del interés académico de un conferenciante que, en su opinión, realiza «apología de la intolerancia y el fascismo». De forma tajante afirmó que «no habrá paz en Euskadi sin un clara y definitiva derrota de ETA». Como cualquier otro demócrata piensa que él mismo «puede ser un día objetivo de los terroristas». Por la tarde, Savater también disertó en el Centre de Cultura de Sa Nostra invitado por el Cercle d'Economía de Mallorca: «Hay gente que hace surf en la ola de la violencia vasca», afirmó, como respuesta al último atentado de la banda terrorista.

El catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid disertó en la UIB sobre «La amenaza del nacionalismo étnico» y su exposición dio pie a que miembros de la CEPC desplegaran pancartas en las que podía leerse «Savater, fascismo español enmascarado» o «Basta de nacionalismo español excluyente». El filósofo defendió la idea de la «ciudadanía» -comprensiva y emancipadora, que acepta e integra los rasgos diferentes-, a la que confrontó con el «nacionalismo étnico», que consideró excluyente y cerrado. «La pugna del siglo XXXI -concluyó- es la pugna entre la ciudadanía y el etnicismo». Los estudiantes le interrogaron sobre la imposición de un nacionalismo español y el derecho a la autodeterminación, a lo que respondió que el primero está «quiera o no, sometido a una Constitución, está domesticado», mientras que el nacionalismo étnico, por ejemplo el vasco, avanza sin ningún freno constitucional. Consideró «infantil» pensar que «es posible preguntar a cada individuo cuando nace si le parece bien el estado en que ha nacido» y apuntó que «sólo desde la razón se pueden lograr cambios».

Reconoció que el terrorismo de ETA ha convertido la simpatía con que, a principios de la democracia, se recibía a los nacionalismos en «antipatía» por parte de muchas personas. Sobre el conflicto vasco, Savater opinó que la solución debe pasar por la transformación del sistema de gobierno nacionalista moderado de Euskadi, «pues ya se ha intentado y ha fracasado», dando paso a un gobierno no nacionalista. Sobre el papel del nacionalismo democrático en el País Vasco dijo que es importante y que «sería el deseo de todos que en la cúspide del PNV estuviese gente que pensase así».