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«La crisis de las 'vacas locas' y la fiebre aftosa han puesto en evidencia el viejo 'status quo' de la Unión Europea en materia de política agraria, que es el de no cambiar nada y dejar todo como está», dijo ayer Albert Massot, especialista en política agrícola comunitaria y miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo. «La Comisión Europea tiene muy buena voluntad para solucionar el problema de las 'vacas locas', que es más grave, todavía, que el de la fiebre aftosa. La ha abordado con voluntad política. El problemas, no obstante, es del Consejo de Ministros, sobre todo, porque la crisis le lleva a unas decisiones económicas que no está dispuesta a adoptar, y ese es problema de fondo», explicó.

Según los últimos cálculos realizados en el seno de la UE, la crisis de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) tendrá un coste de 3.000 millones de euros (más de medio billón de pesetas). «La UE ha dicho que no tiene fondos suficientes para hacer frente a esa previsión y ha insistido ante cada país miembro que serán ellos mismos los que tendrán que financiar esa elevada factura», precisó.

Con respecto a la fiebre aftosa, Massot consideró «correctas» las medidas de prevención que se han adoptado en España en general y Balears en particular para prevenir esa enfermedad con férreos controles en puertos y aeropuertos. La organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acaba de afirmar que «ningún país puede considerarse al abrigo del riesgo de fiebre aftosa», cuestión que ratificó Massot. «Es evidente que, por ahora, ningún país puede considerarse a salvo del riesgo de contraer la enfermedad debido al aumento del comercio internacional, del turismo, del flujo de animales, de productos de origen animal y de productos alimentarios», señaló.

Dijo, asimismo, con respecto al boicot anunciado en Estados Unidos a la carne proveniente de Europa, Massot dijo que eso «no es lo verdaderamente importante». «El problema es que dejen de adquirir nuestros productos todos los países, aunque por el momento, hemos vendido más carne que el año pasado, y eso obedece a que Rusia ha aumentado sus compras debido a que los precios son más asequibles». Para Massot, que pronunció la conferencia «Futuro de la Política Agraria Comunitaria» en la Banca March, «los grandes damnificados de toda esta crisis son los ganaderos y las industrias conexas; después, intentar averiguar quién es el responsable de lo ocurrido ya es otro tema».