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Con el entierro de la sardina, que tuvo lugar ayer por la tarde, Pòrtol puso punto final a su Carnaval. Era por noveno año consecutivo que la sardina, acompañada por el duelo, recorría las calles, comenzando por Major, y siguiendo por Trinitat y Jaume Balmes, hasta llegar a la hoguera emplazada en la plaza de Can Flor, donde sería achicharrada como mandan los cánones.

Detrás de ella, sin prisas, caminaba el duelo, de riguroso luto, entre el que cabe destacar al conseller d'Interior, Josep Maria Costa, cuyo despacho está en Marratxí, y a los concejales de dicho término Miquel Coll y Margalida Mesquida, ésta responsable del área de Benestar Social. Abría el cortejo la banda municipal del término, poniendo con sus notas dolor a tan frío atardecer.

Miquel Ramis, de Can Pichón y perteneciente a la asociación de personas mayores de Es Turó, que organiza el acto, había guardado celosamente la sardina en su casa, desde donde salió a la hora fijada, las seis de la tarde, para iniciar su último paseo antes de desaparecer entre las llamas. El público, pese a la suave, pero incordiante lluvia, siguió el cortejo con la respetuosa guasa que un acto de estas características requiere.