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La lluvia irrumpió a mediodía de ayer en el Pla de Mallorca pero no impidió se llevara a buen término el herradero en la ganadería de reses bravas Son Rossinyol, en el término de Llubí.

Esta actividad anual de la ganadería es una fecha muy esperada por el ganadero, Tomeu Pons, pues gusta celebrarlo con sus más próximos colaboradores y amigos.

A las diez de la mañana comenzaron los trabajos de herrar las reses que estuvieron coordinados por Juan Férnandez, y supervisados por miembros de la Guardia Civil, como es obligado en este caso.

El veterinario Juan Oliver indicó que «se han herrado un total de 32 animales, diecinueve machos y trece hembras, correspondientes al año ganadero 2000, con el guarismo cero correspondiente. Se ha aprovechado también para proceder al desparasitado y colocación de crótalos en las orejas».

El tiempo desapacible impidió que la fiesta no contara con la capea que precede a la comida para los jóvenes aficionados, pero sí que los invitados dieran buena cuenta de un exquisito aperitivo seguido de comida a base de estofado de carne de ternera muy tierna, fruta y ensaimadas mallorquinas, menú elaborado por Coloma Ramón, esposa del ganadero y un grupo de amigas.