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La reforma de la Justicia presentada por el ministro Acebes contiene importantes elementos innovadores que realmente pueden contribuir a agilizar el actual sistema y a descongestionar los juzgados. En este sentido es importante que los recursos de casación puedan verse en los tribunales superiores de cada comunidad, así como la apertura de los juzgados por las tardes, y el hecho de que los jueces tengan que fichar a la entrada y a la salida, como el resto de funcionarios. Estas innovaciones y otras muchas, como la modernización de los sistemas y su informatización, además de permitir una mejor atención a los ciudadanos, pueden ser enormemente efectivas.

Al mismo tiempo, también se pretende el cambio en el sistema de elección del mismo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Los jueces elegirían a 12 vocales, mientras que el Parlamento elegiría a los ocho restantes, tal y como sucedía antes. Con ello se pretende evitar la politización que ha sufrido la judicatura en los últimos años. Esta medida puede contribuir a una mayor independencia del órgano de gobierno de los jueces, evitando que se interpreten las decisiones judiciales en función de las mayorías parlamentarias.

El PSOE se mantiene abierto a la negociación de la reforma, aunque ya ha anunciado que es contrario a este nuevo sistema de elección del CGPJ, lo cual parece significar que se decanta por el actual. Vista la politización a la que se ha llegado en las máximas instancias de la judicatura, cabría desear que no sólo doce sino los veinte miembros del CGPJ sean elegidos al margen del Parlamento, sin que intervenga ningún partido político.

En cualquier caso, urge una reforma en profundidad de la Justicia para dotar de efectividad, celeridad e independencia, necesarias en los órganos judiciales. Se trata, sin duda, de una reforma esperada por cuanto repercute directamente en muchos ciudadanos que esperan que nuestra Justicia actúe con diligencia y equidad.