TW
0

Miles de kilómetros separan a la India de El Salvador, están situados en continentes distintos, casi en la antípodas, pero una circunstancia une a sus gentes, las fuerzas de la naturaleza que rugen en el interior de la tierra, bajo sus pies, y que destruyen sus hogares, les despojan de sus bienes y les matan. Quizás por este motivo los salvadoreños y los indios se caracterizan por una mezcla de resignación y anhelo por resurgir de sus cenizas.

Con personas así se han topado los cooperantes que detrás de las siglas de la organización para la que trabajan siguen aportando su granito de arena en la ayuda humanitaria y de reconstrucción de las zonas afectadas. Dolors Mañé, responsable de proyectos de la Fundación Vicenç Ferrer Mallorca, viajó hace semanas a la India para la supervisión de los proyectos. Voló a Bombay el día del terremoto y cuando llegó a Anantapur, lugar donde está radicada la fundación, no quiso sustraerse de la tragedia y se sumó al comboy que partía hacia Gujarat. «Dije, yo quiero ir y me metí en el camión, la única mujer y extranjera con una legión de hombres indios», relata.

El objetivo del equipo es evaluar los daños causados por el seísmo y decidir cómo actuar, aunque su intención es ir más allá de la ayuda de emergencia y quedarse a reconstruir 48 pueblos. Sin apenas dormir debido al cansancio, los temblores que no cesan y los continuos requerimientos de los periodistas mallorquines por ser uno de los pocos cooperantes de la Isla que están trabajando en la zona del terremoto, Dolors Mañé atiende a nuestra llamada telefónica y nos transmite la «experiencia humana» que está siendo para ella trabajar codo a codo con los voluntarios que han acudido desde Anantapur al grito de emergencia de Gujarat. «Es un equipo fabuloso, vivimos en un campamento, tenemos poca comida y nos duchamos menos, pero esta gente es alucinante, su entrega es absoluta», dice.

Pilar Matías, técnica en cooperación internacional que trabaja para la Asociación Navarra Nuevo Futuro, acaba de regresar de El Salvador, sólo por unas horas se ha librado del segundo terremoto que ha asolado San Vicente, Cuscaclán y La Paz. Pilar ha realizado una prospección sobre el terreno durante quince días y ha identificado un proyecto en Santiago Nonualco, que consistirá en la instalación de letrinas y una potabilizadora de agua.