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El mallorquín Xavier Pastor ha presentado este fin de semana su dimisión como director ejecutivo de Greenpeace España, tras 17 años como dirigente de la organización, para, según sus propias palabras «dar paso a otra generación» y, al mismo tiempo, «eliminar la tensión que parece ser ha generado mi gestión en el seno de la organización». Pastor se refería, de esta forma, a las discrepancias que una parte de los trabajadores de la organización ecologistas han hecho públicas sobre el funcionamiento de la oficina central, diferencias que, según reconoce el mallorquín, «habían dividido en dos a los trabajadores».

Al parecer, según han comentado fuentes cercanas a Pastor, algunos trabajadores de la organización se negaban a hacer horas extras y exigían, entre otras cosas, un cambio en los horarios y en el sistema de vacaciones. Asimismo la crisis en el seno de la organización ha podido estar motivada, según otras fuentes, por la intención de la dirección de trasladar la sede principal a Palma de Mallorca, traslado al que se negaban gran parte de los trabajadores.

En este sentido el ya ex director ejecutivo, que se dedicará a partir de ahora a dirigir campañas de Greenpeace, afirmó que cada persona «tiene una visión diferente a la hora de afrontar la gestión de una organización no gubernamental» y apuntó que, aunque no concibe el activismo «sin grandes dosis de voluntarismo», reconoce que puede haber otros miembros de Greenpeace que no compartan esta visión. «Las ONG's están en un momento histórico de transición. Han pasado de ser un grupo de amigos a ser organizaciones asentadas. Es normal, por tanto, que haya tensiones sobre la conveniencia o no de profesionalizar la gestión», aseguró.

La reflexión de Pastor sobre la conveniencia de un cambio generacional en la organización pasaba, según su opinión, por su renuncia al cargo, «ya que, de esa forma, el nuevo equipo tendrá las manos libres para llevar a cabo los proyectos que considere necesario».