TW
0

Pepe Aranda ya se encuentra en la recta final de la condena que le cayó por intentar liquidar al chico que le quitó la novia aquella tarde de sábado, en el Pesquero, tratando de suicidarse después.

De aquel episodio de «por el amor a una mujer» han quedado esos meses en prisión "«que no le deseo ni a mi peor enemigo», dice", una cicatriz en su estómago y unas enormes ganas de retomar la vida.

«Estoy arrepentido de todo aquello. ¡Es que no valió la pena nada! Me ofusqué, ¿sabes? Bebí más de la cuenta y pasó lo que pasó. Le pinché y me pinché. ¡Dios, si le hubiera matado! "dice, echándose las manos a la cabeza" ¡La que me hubiera caído!, y total por nada. Me dije que si aquel chico moría por mi culpa yo tenía también que morir. Por eso me clavé el cuchillo. Porque quien a hierro mata, a hierro muere. Luego, cuando pasa el tiempo y te encuentras allí adentro, más de un interno me lo ha dicho: '¡Eres un gilipollas!, mira que estar aquí dentro por una mujer. Estate por haber robado un banco, no por una mujer'. Pero resulta que allí la mayoría estamos, o por una mujer o por drogas. Ya ves. En fin..., que ya paso y hay que olvidarlo. ¿La cárcel? Imagínatelo. Yo nada tengo que decir, dentro de lo que cabe he sido bien tratado tanto por parte de funcionarios como de internos. Allí he podido pintar y también he tenido tiempo para escribir una novela sobre lo que me ha sucedido. Tengo muy claro que tal y como está montado el sistema carcelario, allí no se redime nadie, mientras al interno no se le dé amor y confianza».

Pepe ha sido uno de los pocos presos españoles que se ha escrito con Joaquín J. Martínez, que al igual que él está en prisión por una mujer que le acusó. «Le mandé la carta pensando que no la contestaría, pero sí, lo hizo. Luego animé a otros internos a que se cartearan con él. Creo que entre todos hemos de intentar sacarlo de la cárcel. Yo estoy dispuesto a hacer lo que sea por él. Creo que montáis un festival en Tito's a beneficio suyo. Pues bien, contad conmigo para lo que queráis. Uno que ha estado en la cárcel, como yo, es quien mejor conoce lo que se pasa en ella».