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Las redes de suministro de agua de Balears pierden unos 25 millones de metros cúbicos del caudal que transportan lo que viene a representar un 23 por ciento del total de los recursos hídricos para poblaciones urbanas y turísticas, según estimaciones de la Conselleria de Medi Ambient y del Plan Hidrológico Balear.

Los escapes de nuestras cañerías se han reducido en los últimos años (eran superiores al 23 por ciento) gracias a las obras que se han llevado a cabo en diferentes municipios de reparaciones y renovación de canalizaciones. Pese a ello, las Illes todavía están fuera de los niveles deseables y una pérdida del 23 por ciento es elevada en un tierra que ha vivido importantes problemas de abastecimiento, agravados durante las épocas de sequía.

En este sentido, el plan hidrológico balear, prevé una inversión de 23.000 millones de pesetas para el ahorro de agua con programas de eficiencia de uso que incluyen la reparación de escapes, la instalación de contadores individuales, campañas de concienciación y la aplicación de tarifas disuasorias, entre otras.

Por municipios, se encuentran extremos muy alejados. Los dos municipios que menos agua pierden son Llucmajor (10 por ciento) y Calvià. Este último municipio presenta tres suministradores diferentes y cada uno de ellos con un nivel de fugas diferentes. La red procedente de EMAYA (empresa pública de Palma) registra pérdidas del 8 por ciento, la de Calvià 2000 /empresa pública de Calvià) del 11 por ciento y Aigües de Peguera, una concesionaria privada, del 21 por ciento.

Curiosamente, la red de EMAYA tiene menos pérdidas en Calvià (el 8 por ciento comentado) que en Palma, donde llegan al 23 por ciento. En el otro extremo se encuentran casos como los de Artà y Felanitx, con escapes que oscilan entre el 50 por ciento y el 65 por ciento. Son numerosos los municipios que registran pérdidas en torno al 30 por ciento.