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J. J. S. La Comisión Nacional de Energía lleva dos años sin liquidar a GESA las correspondientes compensaciones económicas por el sobrecoste de la sistema eléctrico insular, cuantificado generalmente en un 40 por ciento con respecto al de la península. No se puede hacer una cuantificación concreta del dinero que GESA ha dejado de ingresar, porque en esta misma situación se encuentran los sistemas eléctricos de Canarias, Ceuta y Melilla. Lo que sí se conoce es que, correspondiente a estos dos años, las empresas eléctricas extrapeninsulares deben repartirse 40.000 millones de pesetas (20.000 cada año).

El problema es que no se sabe cómo debe hacerse este reparto por la falta de ordenación y de regulación de los sistemas eléctricos peninsulares. Hay que señalar que las compañías que operan en estos territorios pertenecen todas ellas al Grupo Endesa: GESA en Balears; Unelco, en Canarias, y Endesa de forma directa en Melilla y Ceuta.

Realmente, la Comisión Nacional de Energía ha liquidado pequeñas cantidades, pero a cuenta de lo que han de ser las asignaciones definitivas a las compañías de los territorios extrapeninsulares. El sobrecoste insular viene determinado por la imposibilidad de instalar generación nuclear o hidráulica (mucho más baratas) y la obligatoriedad de infraestructuras de producción más pequeñas y que resultan más caras.

Antoni Campins, director financiero de GESA, asegura que esta situación no ha provocado déficits a la empresa, «pero estamos lejos de las épocas de beneficios anuales de 10.000 o 12.000 millones de pesetas». Según Campins, en estos momentos sólo se puede asegurar que no hay pérdidas, «pero existe un compromiso de Endesa de invertir 75.000 millones de pesetas durante los próximos cinco años».