Los cargos de la UIB asisten a un curso sobre dirección estratégica

Francesc Solà explica que, con este curso, «se trata de ver qué cambios están aconteciendo a la universidad y de qué forma ésta se va acomodando a los cambios». Para Solà, la importancia de que las universidades ejerzan una dirección estratégica reside en que «todas las organizaciones necesitan una dirección fuerte en la medida que son entes vivos, producen conocimiento, investigación y van cambiando. Y no sólo las universidades van cambiando, en realidad, el mundo cambia y, por eso, hay que ver de qué forma las universidades se van adaptando a esos cambios y lo que es más importante, si son capaces de adelantarse a los cambios».

Los indicadores de una dirección estratégica adecuada son, según el profesor, «dedicar un cierto tiempo y esfuerzo a preparar a estas organizaciones para una nueva situación en la que el entorno está cambiando de una forma muy rápida, por tanto, anticiparnos a los cambios, y esto significa generar estructuras más flexibles, incorporar una visión más global del entorno, en definitiva, que no estamos solos en este viaje».

Preguntado sobre si esta manera de actuar es debido a la competitividad existente entre las universidades, Solà afirma que «no es que las universidades tengan voluntad de ser competitivas per se, sino que deben ser competentes, pero aunque no queramos estamos en un mundo competitivo. En los últimos años, las universidades están en el eje de las administraciones y debemos dar respuesta a esta enorme necesidad de conocimiento. Sin embargo "añade", la universidad ha perdido el monopolio del saber, por además de las universidades hay otros centros que también están apostando por transmitir conocimientos».