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Las ordenanzas municipales, la Ley del Suelo, la normativa contra incendios, el reglamento para la mejora de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas y las normas de habitabilidad no se cumplen en el proyecto de construcción de una residencia para la tercera edad promovida por Happy Moon S.L., que ocupará 8.000 metros cuadrados en un solar de Son Armadans y que tendrá una capacidad de 260 camas.

Los vecinos de la zona están decididos a llevar el caso a los tribunales si, finalmente, la Gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma aprueba el próximo jueves la realización del proyecto. El arquitecto Carlos García Delgado, miembro de la Asociación de Vecinos de Son Armadans, ha sido testigo de los continuos despropósitos de los representantes municipales, que aun reconociendo la existencia de irregularidades han dado vía libre a los distintos trámites para que el proyecto siga adelante.

«Cuando comenzó la demolición del antiguo edificio acudimos al abogado que debía realizar el informe jurídico para la concesión de la licencia de obras y, al ver los planos, nos aseguró que el solar no era edificable; sin embargo, se iniciaron las excavaciones sin licencia. Volvimos a acudir a este abogado para denunciar esta ilegalidad y, sin casi mirarnos a la cara, justificó su informe favorable amparándose en una sentencia por la que en 1985 y en la localidad de Capellades (Barcelona) se autorizó la construcción en un interior de manzana, con acceso a través de servidumbre, de un garaje subterráneo. Lo mismo pasó con el jefe de Bomberos», explica García Delgado.

Los vecinos denuncian que la supuesta residencia de la tercera edad "dicen supuesta porque ha sido contratada por el mayorista turístico alemán Neckermann y creen que puede enmascarar un hotel" puede ser una residencia trampa, ya que según los planos no dispone de segunda salida de incendios y los comedores se ubican en el sótano sin ventilación ni luz natural, incumpliendo las normas de habitabilidad e higiene.