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J. FÀBREGAS
Las clínicas de Mallorca acumulan en la actualidad más de 500 embriones congelados. La mayoría de estos embriones son excedentes de los tratamientos de la fecundación in vitro, que no han sido requeridos por los padres biológicos ni han sido donados a otras parejas estériles.

En los últimos años se ha producido a nivel estatal y mundial un fuerte y polémico debate en torno a lo que se tiene que hacer con los excedentes de embriones pasado un tiempo. La indefinición legal hace que en el Estado Español no puedan ser destruidos si no han pasado una serie de años después de haber sido generados. Algunas voces, como la Comisión Nacional de Reproducción, organismo español que asesora al Gobierno español está proponiendo desde hace unos años que los embriones que están congelados en todas las clínicas del territorio español (en 1999 había unos diez mil) que no se tengan que implantar en una mujer sean destruidos o se utilicen para la investigación, pasados diez años de su creación.

Sólo dos clínicas privadas de Mallorca, que son la Policlínica Miramar y la Clínica Rotger, tienen banco de embriones. El año pasado las dos clínicas superaron más de 500 embriones congelados, productos de las técnicas de reproducción asistida. Estos embriones se encuentran a la espera de ser utilizados o reclamados. En Menorca también existe el centro Anglada que conserva embriones.

Con el fin de evitar la acumulación de embriones el Gobierno español ha recomendado a estos centros que adopten medidas para racionalizar al máximo el número de embriones congelados.