En la tarde de ayer la Plaça Major de Palma estaba muy animada. Foto: J. MOREY.

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En los últimos días, el ambiente en las calles de pueblos y ciudades mallorquines ha variado sensiblemente. Los ciudadanos se han tomado muy a pecho la idea de ultimar las compras navideñas visitando establecimientos comerciales, mercadillos artesanales y tenderetes. En los últimos días, Inca, Manacor y Palma han visto cómo los castañeros y castañeras se han convertido en personajes más del paisaje, personajes que invitan a tomarse un tentempié en medio del frenesí consumista.

El viernes y el sábado, Palma registró un gran ambiente. En las calles, los clientes comparaban precios y calidades en diferentes comercios. Algunos optaban por las grandes superficies, otros se decantaban por el pequeño comercio o por aquellos tenderetes que ofertas objetos artesanales de aquí o de lugares perdidos. La mañana de ayer, en la que llovió, deslució algo el ambiente, pero por la tarde amainó la lluvia y fueron muchos los que se animaron a salir y llenar las calles.

En Inca el ambiente se empezó a notar mucho el jueves, con el mercado semanal que allí se celebra. Los inquers y ciudadanos de pueblos de alrededor fueron en busca de buenas oportunidades y de los objetos con que felicitarían las fiestas. En Manacor el ambiente se ha notado también mucho. En las calles del centro, los manacorins han podido pasear y acercarse hasta S'Agrícola a tomarse algo calentito. Aún así, han podido oírse voces de descontento de los comerciantes por las «pobres» ventas.