El curso intensivo de catalán dura un año, aunque es la Junta Avaluadora la que decide si el alumno está preparado. Foto: T.P.

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Los cursos de catalán para castellanoparlantes están integrados dentro del «Programa de Educación para Adultos», organizado por el Ajuntament. Tras dos años de estudio, los alumnos alcanzan el nivel A, necesario para parlar el català, aunque si quieren pueden continuar para aprender a escribirlo correctamente (niveles B y C). Los asistentes a los cursos proceden de otras regiones españolas y de otros países como Perú, Francia, Cuba, Alemania... La mayoría ha venido a vivir a Balears por motivos de trabajo y las razones que exponen para aprender la Llenguason variadas.

En general, les mueve «el respeto hacia la comunidad en la que se vive, el afán de integración y el deseo de comprender y compartir la cultura de Balears». Doris, francesa de Marsella, lleva ocho años en Palma "habla castellano a la perfección", y está aprendiendo catalán porque «aunque lo entiendo no me lanzo a hablarlo y encuentro que ya es hora. Sólo utilizo cuatro frases, pero ahora me atrevo a más», explica. A su lado se sienta Carmen Silva, gallegoparlante: «Mi lengua materna es el gallego. Trabajo como telefonista en el 061 y aunque no me lo exigen, considero importante poder contestar en catalán, aunque sea con acento gallego». Y añade riendo: «De momento sólo hablo mallorquín de 061».

Roberto Chung vino hace tres años desde Perú. Casado con una mallorquina tiene dos hijas pequeñas que hablan mallorquín: «Con los deberes del cole las ayuda su madre, pero espero poder hacerlo yo algún día». Parecido es el caso de Lola Porras, gaditana, profesora de la ESO, quien para enseñar necesita aprender la lengua balear: «Además, si quiero opositar, necesito el certificado mínimo, aunque pienso también que una manera de conocer a un pueblo es a través de su lengua».

Chus Fra, de Ponferrada; Ivonne Ithier, de Puerto Rico; Wilfredo López, cubano; Claudia Schlothane, alemana; o Marga Barrera, de Madrid, comparten las opiniones de sus compañeros. No saben cuánto tiempo se quedarán en la Isla, pero estudian el català para sentirse parte de ella.