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La Conselleria d'Educació i Cultura ha recibido 423 solicitudes de exenciones de catalán en el primer cuatrimestre del curso 2000-01, que todavía están pendientes de resolución. La cifra de solicitudes contabilizadas este curso es similar a la de cursos anteriores, aunque ligeramente superior, ya que en el período 1999-2000 la Conselleria registró 401 solicitudes; 365, en el de 1998-99; 376 solicitudes, en el de 1997-98, y 342 peticiones, en el curso 1996-97.

Un total de 60 peticiones están todavía pendientes de certificaciones, por lo que la Conselleria espera tener resueltas las exenciones pasadas las vacaciones de Navidad. Según el responsable del Servei de Català de la Conselleria, el alumno que suele solicitar la exención es aquel que ingresa en un centro para cursar Educación Secundaria Obligatoria y que se incorpora sin haber estudiado catalán en la Educación Infantil y Primaria, por lo general, procedente de otra comunidad autónoma o de un país extranjero.

La Orden de Regulación de las Exenciones del Estudio de la Lengua Catalana establece que sólo se quedará exento de la evaluación de esta asignatura, pero no así del aprendizaje de la misma, ya que para ello la Conselleria d'Educació ha puesto en marcha numerosos talleres de lengua, a través de los cuales se enseña a los alumnos aquellas nociones de catalán y castellano, en el caso de los extranjeros, para que puedan hacerse entender en el centro.

La Direcció General de Planificació i Innovació Educatives, cuya responsable es Catalina Bover, ha incrementado los recursos humanos en los centros para desarrollar talleres de lengua y otros recursos para atender a la diversidad. El número de talleres habilitados este curso es de 22, frente a los 12 del curso pasado, que principalmente se encuentran en las localidades receptoras de inmigración, como Palma, sa Pobla, Inca, Calvià y Eivissa, entre otras.

En Educación Infantil y Primaria, apenas hay exenciones de catalán, porque si se observa una adecuada progresión del alumno en el aprendizaje de este idioma se evalúa igual que cualquier otra asignatura. Según el responsable del Servei de Català, si se concede la exención es para que el alumno esté tranquilo, en el sentido de que no va a suspender el curso por el hecho de no conocer la lengua catalana, pero no se le exime de asistir a clases, porque, de esta manera, se facilita su integración en el aula y el centro.