El portaaviones nuclear norteamericano «George Washington» y el velero Greenpeace VI-Zorba. Foto: T. AYUGA

TW
0
N. DOMBLÀS/ J. AGUILÓ La presencia del portaaviones nuclear americano George Washington en aguas de la bahía de Palma provocó ayer una protesta oficial por parte del presidente del Govern, Francesc Antich, al presidente del Gobierno, José María Aznar, al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, y a la delegada del Gobierno en Balears, Catalina Cirer.

El president ha remitido una carta a cada una de estas autoridades en la que manifiesta su rechazo y la protesta del Govern por el fondeo del portaaviones en la bahía, que tiene como sistema de propulsión dos reactores nucleares. La misiva añade que, a no ser que exista alguna razón técnica que justifique el fondeo, no hay ninguna «justificación para someter a la población de la bahía de Palma al riesgo potencial que entrañan los reactores nucleares a bordo de naves de guerra».

El presidente considera además que, en estos momentos, no hay ninguna situación de conflicto que requiera la presencia de portaaviones de este tipo en el Mediterráneo «y menos aún en las aguas de Palma» y afirma además que la crisis de Oriente Medio «requiere mediaciones más sutiles que la presencia de un portaaviones».

«No creo necesario extenderme en cuanto a los peligros derivados de la propulsión nuclear con el submarino Tireless atracado en Gibraltar y en un momento en que crece la preocupación por el deterioro de las protecciones del material nuclear hundido con el submarino Kursk». Por último, Antich considera que la propulsión nuclear «debería, sin más desaparecer».