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El secretario general de Asaja-Balears, Gabriel Company, y el responsable en la organización del sector ovino, Tomás Cortés, aseguraron ayer que es «imposible», según los técnicos, que la enfermedad de las «vacas locas» llegue a la Isla ya que en las Islas suelen efectuarse controles exhaustivos por parte de los inspectores del MAPA y de las conselleries d'Agricultura y Sanitat, «por lo que existen las máximas garantías para el consumidor».

Los representantes de la organización agrícola quisieron, de esta forma, tranquilizar a la opinión pública y a los consumidores de la Isla y destacaron que, además, la enfermedad afecta únicamente a los animales de más de 24 meses y en las Islas se sacrifican a los 9 meses las hembras y a los 11 los machos. Asimismo, recordaron, el uso de harinas animales para el engorde del ganado está prohibido por la Unión Europea desde hace seis años por lo que el riesgo de contagio «es nulo según aseguran los expertos».

Company, por su parte, señaló que se ha conocido, a través de su organización nacional, que el caso de «vaca loca» detectado en Galicia tenía carácter genético, «no ha sido, por tanto, contagiada por ningún animal», y que se localizó en una granja y no en una cadena de consumo.

Otra amenaza a la que tienen que hacer frente los ganaderos de las Islas es la relativa a la «lengua azul» y, en este sentido, Company y Cortés destacaron que la enfermedad ovina está «sanitariamente» controlada y que el 70 por ciento de la cabaña de Mallorca ya está vacunada. «Toda la zona de Llevant ya está cubierta y, únicamente, quedan por vacunar entre el 40 y el 60 por ciento los rebaños de la Serra de Tramuntana que, según dice la conselleria, estarán listos la semana que viene», aseguraron.