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Tarde agradable y caras alegres al iniciar en el ruedo el desfile la banda S'Almudaina. Abrió plaza Tomás Campuzano, que no defraudó a sus seguidores mallorquines. Manejó bien el percal de salida y en un quite, y entendió por su buen oficio muy bien a su flojillo novillo con buenas tandas con ambas manos sin escatimar vistosos adornos. Estocada que bastó.

«Litri» lució a ratos, pues el novillo no siempre se lo permitió. A fuerza de insistir consiguió uno de sus vibrantes molinetes de rodillas. Pudo cortar un apéndice pero anduvo receloso y desacertado con los aceros. Rafa Camino vino con muchas ganas. Se le notó apenas saludó con verónicas vibrantes a su oponente. Su faena resultó animosa, con temple en algunas series sin llegar a acoplarse con la zurda y se adornó con molinetes. Mató de forma deficiente.

Manolo Sánchez recibió a su novillo de una larga cambiada y siguió con suma plasticidad a la verónica. En su faena, de máxima cercanía, predominó el buen gusto y la torería en la interpretación. Sentimiento hubo al inicio con la roja en sus pases por bajo prosiguiendo con suma rectitud a interpretar con la diestra su toreo vertical con oficio y técnica, lleno de empaque, reposo y despaciosidad. Puso por la proximidad el corazón del público en un puño. Acabó de pinchazo y estocada. Óscar Higares anduvo fatal con los aceros pero puso garra, duende y ritmo en su toreo por ambos pitones, logrando pases cambiados muy estéticos, y adorno de un molinete de rodillas.

Andrés Sánchez no pudo acoplarse con el capote de salida pero sí en un elegante quite por chicuelinas. El salmantino inició la faena con pases genuflexos de exquisito gusto. A pesar de que el novillo se desentendía, estuvo quieto, muy seguro y dominador. Faena intensa impregnada toda ella de torería, proximidad y una clase excepcional. Gran estocada que hizo rodar al animal.