La galería abovedada del antiguo museo reunía modelos navales, instrumentos y cartas náuticas.

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Durante 23 años, entre 1951 y 1974, Palma contó con un museo marítimo que mereció el premio Virgen del Carmen, otorgado por la Armada española. Ubicado en la actual sede del Govern Balear, reunía una magnífica colección de elementos que manifestaban la importancia marítima de Mallorca a lo largo de la historia.

De la presencia de aquel museo, perdida en la memoria de instituciones sucesivas, dan fe algunos elementos diseminados en la planta baja del Consolat de la Mar. Son los testigos mudos de una realidad olvidada. El antiguo Museo Marítimo de Baleares fue inaugurado el año 1951, entre una gran expectación popular. La exposición ocupaba la planta baja del edificio y reunía centenares de piezas de nuestro patrimonio naval. Modelos de buques de vela y vapor isleños pertenecientes a sucesivos períodos históricos, pinturas, arquetas, cartas, antiguos instrumentos náuticos y numerosos elementos pertenecientes al general Barceló, llenaban el recinto.

Según indica la Associació d'Amics del Museu Marítim, «en 1971 el edificio fue cerrado por obras y éstas se realizaron sin proteger los objetos que formaban las colecciones. La entidad fue disuelta en 1974 y algunas piezas fueron devueltas a sus propietarios originales, otras se perdieron y las restantes sufrieron un vergonzoso proceso de cambio de manos: en 1978 al Ministerio de Cultura, en 1980 al Consell General Interinsular y finalmente en 1987, al Museu de Mallorca. Algunas de las piezas más valiosas quedaron por el camino, mientras se prometía la reapertura inmediata.»

Ante este lamentable panorama, Bernat March, como presidente de la asociación, indica que «nuestro objetivo es el de sensibilizar los más amplios sectores de la sociedad mallorquina sobre la importancia de recuperar y difundir la memoria de nuestra historia y tradiciones marítimas. Necesitamos reencontrar nuestro hecho marítimo, como componente fudamental de la identidad balear y mallorquina, ya que entre otras cosas, es el elemento histórico que ha mantenido vinculadas estas islas con el resto del mundo».