El edificio de GESA será demolido.

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S.B. La fachada marítima de Palma cambiará de forma radical en los próximos ocho años y se convertirá en la sede de hoteles de lujo, viviendas y un centro comercial al amparo del Palacio de Congresos y el Recinto Ferial, que actuarán como los puntos cardinales de la reordenación prevista por parte del Ajuntament de Palma.

La Gerencia de Urbanismo del Ajuntament de Palma pidió hace varios meses un estudio para evaluar cuál tenía que ser el futuro de la primera línea de la fachada marítima entre la vía de cintura y las Avenidas. El estudio fue encargado al arquitecto catalán Joan Busquets, profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y experto en este tipo de actuaciones. Busquets presentó ayer su informe en la reunión de Gerencia de Urbanismo y explicó la necesidad de eliminar cuanto antes la barrera creada entre la ciudad y el mar formada por el final de la autopista y la autovía de Llevant.

Esta entrada a la ciudad quedará reconvertida en una vía urbana de tráfico lento donde los peatones tendrán prioridad absoluta. Se prevé la construcción de un paseo de más de catorce metros de ancho alrededor de la línea litoral que servirá de acceso a la playa de Can Pere Antoni, que será completamente regenerada. El actual tramo de autovía incorporará un semáforo cada cien metros para dar prioridad a los peatones y en la mediana se instalará también otro paseo con palmeras para prolongar la imagen que ofrece la ciudad desde el Club de Mar.

Lo que contemplan todos los proyectos es que el edificio de GESA desaparezca de su ubicación actual y sea derribado, como mínimo parcialmente. Las oficinas generales de la entidad serán trasladadas hasta los terrenos de la estación de Son Molines.