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J. MASCARELL /L. HERNÀNDEZ
Balears iniciará el próximo año el diagnóstico genético preimplantacional para la selección del sexo cuando el ser hombre o mujer esté vinculado a una determinada enfermedad y, de esta forma, evitarla. Será el Instituto Balear de Infertilidad el que lo ponga en marcha. Ahora está pendiente de la obtención de los estrictos permisos necesarios. Hoy por hoy es lo único legalmente permitido en España dentro del campo de la modificación genética de embriones humanos. Ya se realiza en otras comunidades.

Javier Vandrell, biólogo de dicho instituto, pone el ejemplo de parejas hemofílicas en las que se conseguiría que pudieran tener hijos sanos, seleccionando embriones de sexo masculino ya que sólo las mujeres desarrollan la enfermedad.

Otros temas como el de seleccionar un determinado embrión con células específicas (como ha sucedido en Colorado para salvar a su hermana) o, en futuro, dentro del proyecto «genoma humano» descartar embriones con predisposición a enfermedades o la clonación tendrán que esperar a un cambio de legislación. Antes expone Vandrell, toda la sociedad "incluidos los profesionales" debe debatir los aspectos éticos que plantea esta «selección» con fines médicos y decidir «si somos capaces de aceptarlo».

José Aurelio Castro, profesor de genética de la UIB, señala que en su opinión estos aspectos siempre que estén relacionados con fines médicos no plantean dudas éticas. Sobre «el bebé a la carta» de Colorado indica que cada pareja decide tener hijos por diferentes cuestiones «y nadie dice nada. No se le va a discriminar ni nada parecido». Castro expone que el problema en esta materia viene determinado por el qué se hace con los embriones defectuosos y al respecto dice que no se le pueden considerar persona sino un proyecto. «Todo lo que suponga salvar una vida es positivo», señala Castro quien plantea qué si es más ético que una persona viva en una situación lamentable con una mala muerte.