En la playa se usan prendas de pequeño tamaño y en la piscina se lleva más el bañador.

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Desde que Louis Réard «inventara» el bikini en 1946, la moda baño ha ido evolucionando hasta... casi desaparecer. Porque de lo que se trata, hoy, es de llevar prendas pequeñas para que el moreno sea uniforme, sobre todo en la playa, donde despojarse de «la parte de arriba del bikini» se considera normal. Ahora, aunque el mes de agosto ya ha terminado, son pocos los que se resisten a aprovechar el buen tiempo para tomar un baño.

Los que van a la piscina, optan por el bañador como prenda más utilizada. Allí el top less se practica con más discreción que en el mar y se considera de mal gusto a la hora del baño. Lo mismo sucede con el tanga masculino o femenino, poco apropiado fuera del paisaje playero.

Recuerda Carmen Guardia, campeona de España de Natación en 1940, cómo ella y otras nadadoras eran criticadas por no usar bañadores con faldita de los que no marcaban «nada»: «Llevábamos bañadores de lana que al mojarse hacían unas bolsas feísimas...». Carmen fue de las primeras en estrenar el bikini, y cuenta con humor: «Los maridos les decían a sus mujeres, ponte aquí, ponte aquí... y hacían la foto a la del bikini. Eran otros tiempos. Lo más que se enseñaba era el ombligo. Ahora se lleva el tanga y los tatuajes y... de todo».

«Mallorca se ha adaptado bien a los tiempos», afirma Francisco Masdeu, propietario de Fajas Reina, «y aunque la mujer de aquí siempre ha sido más tímida, ver a los turistas anima a cambiar. El tanga se usa dependiendo de las personas y del cuerpo. Chicas delgadas y atrevidas sí lo llevan». Y en cuanto a la moda, en general, se llevan los bañadores y bikinis con la pierna no muy alta, de diferentes formas y colores, aunque predominan los tonos tierra, los estampados «jungla» o de «juegos florales».