Munar, en el momento de accionar la goma 2 para demoler el Monnàber.

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La moratoria aprobada el pasado mes de julio por el Consell de Mallorca deja congelada la capacidad de construir 300.000 nuevas plazas de urbanización que no cuenten con todos los servicios básicos, según explicó ayer la presidenta del Consell de Mallorca, Maria Antònia Munar.

Los responsables de la institución mantuvieron ayer una reunión durante toda la mañana en la sede del Consell para analizar los efectos de la moratoria. El cálculo se ha realizado comparando el estudio del planeamiento de los distintos municipios con las diversas fotografías aéreas que hay sobre el terreno. Al término de este encuentro, presidido por Munar y al que asistieron los responsables de Urbanisme de la institución, la presidenta del Consell explicó que el Consell está particularmente satisfecho de que se haya evitado la construcción de todas estas nuevas plazas en urbanizaciones que no cuentan con los servicios básicos de alcantarillado, abastecimiento de agua, energía eléctrica y acceso rodado.

Los datos, que representan una primera aproximación, reflejan que los municipios más afectados en cuanto a número de nuevas edificaciones son Andratx, Llucmajor, Santanyí, Manacor y Calvià. El Consell estima que las limitaciones afectan a unos 30.000 nuevos habitantes en cada uno de estos municipios. Por orden de importancia en las limitaciones, a estos municipios siguen los de Santa Margalida, Pollença, Palma, Felanitx, Son Servera y Capdepera, con una población añadida potencial de entre 15.000 y 20.000 habitantes. Por debajo de esta cifra se encuentran los municipios de Campos, Ses Salines, Muro, Escorca, Alcúdia, Sóller y Banyalbufar, según las estimaciones del Consell de Mallorca.