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Estamos ante la última gran oferta del verano, que se diferencia de cuantas hay hasta la fecha, en primer lugar, por su originalidad y, en segundo, porque no cierra las puertas a ninguna nacionalidad: allí todo el mundo, sea español, alemán, inglés, sueco o holandés es siempre bien recibido. Es, por otra parte, una oferta para el día, pues apaga la música a medianoche. Nos estamos refiriendo al Mega Park, lo último del Grupo Ocio Cursach, instalado en plena Platja de Palma, cruzando la carretera.

¿Qué en qué estriba la gran acogida que ha tenido por parte del todo el mundo? Pues, sobre todo, porque en ese lugar nadie se siente extraño, como hemos dicho; porque, además de tomar el sol, refrescarse periódicamente a través de unas mangueras "que a según que horas del día son una bendición", comer bien, y a precio no muy caro, y beber calidad, allí uno está entretenido desde que entra hasta que sale.

Que se lo decimos con conocimiento de causa, eh, puesto que días atrás hicimos la prueba: pasamos horas en el Mega Park, disfrutando de él en toda su dimensión, y salimos encantados, con ganas de volver. Y lo que más nos llamó la atención es que este lugar ha sabido arrastrar a la gente que acostumbra a estar en la playa, ya sea sobre la tumbona, ya sea sobre la toalla, hasta allí, que mirándolo bien es como si fuera otra playa con todos los alicientes de este mundo.