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Algo que parece tan banal como darse un chapuzón en una piscina o en el mar ha acabado en una auténtica tragedia para un número nada despreciable de personas que han visto truncada su vida como consecuencia de un accidente que podría haberse prevenido. Es habitual observar en el litoral balear personas de todas las edades que se lanzan corriendo hacia el mar y a poco de entrar en él se lanzan al agua de cabeza para evitar un barrigazo.

El cacico, una práctica tan habitual y que en principio uno podría pensar que no tiene riesgo alguno para su integridad física es una de las causas de tetraplejia (inmovilización del cuerpo desde cuello hacia abajo) cuando la cabeza acaba golpeando con el fondo. Lejos de registrase casos puntuales los datos facilitados a Ultima Hora por la Asociación de parapléjicos y grandes lesionados de Balears ponen de manifiesto la importancia de una situación que, con las oportunas campañas de sensibilización, podrían prevenirse.

Moisés Magán, presidente de esta asociación, expone a este diario que en lo que se lleva de año ya se han registrado cinco casos de personas que se han quedado tetrapléjicas al golpearse en la cabeza al tirarse al mar. Al contrario de lo que podría pensarse no se trata de bañistas inconscientes que se lanzan desde una altura, más o menos considerable, al mar sin percatarse de la profundidad o la existencia de rocas sino que dichos accidentes se producen en al orilla del mar y con poca profundidad (cuatro de los cinco casos).