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El público asistente a la corrida de toros celebrada en el Coliseo Balear, que llenó su aforo en más de tres cuartos, salió satisfecho. Se lidiaron cinco toros de Bernardino Piriz, que dieron buen juego, sobre todo el que saltó en primer lugar. El tercero, del hierro de Saboya, con menos presencia, fue muy protestado por manso y porque renqueaba de los cuartos traseros. «Finito de Córdoba», una y dos orejas. Miguel Abellán, una y dos orejas, y «El Juli», bronca (dedicada al palco) y dos orejas.

Buena fue la labor de «Finito» con el percal en su primero y mejor aún la faena que le instrumentó. Variada, con series muy templadas en redondo, y otras de muy buena tesitura de naturales. Se adornó con circulares. Mató de pinchazo y estocada. Su segunda, por las condiciones del oponente, no tuvo el son de la primera, pero gustaron mucho sus formas. Acabó de estocada que bastó. Abellán animó a sus dos de salida con largas cambiadas. Anduvo sereno, con muchos recursos y reivindicó el toreo que lleva dentro, plasmando dos faenas de buen nivel. En la lidia del quinto saltó un espontáneo, que fue reducido al momento por los subalternos.

«El Juli» tuvo que apechugar con un toro manso y corraleado al que se le dio una pésima lidia. Abrevió finiquitando de pinchazo y estocada. En el sexto puso el Coliseo al rojo vivo, toreando de capa, prendiendo banderillas y con la muleta. Acabó con dos pinchazos y estocada caída.