Una de las máximas aficiones de la familia Flores es salir a pasar el día en el mar.

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El ganadero Samuel Flores no cabe en gozo al ver a su nieto Adolfo, de quince meses. El pequeño es fruto del matrimonio de su hija Isabel con Adolfo Suárez, hijo a su vez del ex presidente del Gobierno español, y Amparo Yllana.

El ganadero, que siempre ha mantenido un trato exquisito con la prensa, dijo que él no ha descubierto Mallorca, ya que desde hace más de veinte años la Isla es el destino elegido para sus vacaciones de verano. En el Port d'Andratx se reunió parte de la familia para pasar un día en alta mar. Adolfo es un niño muy despierto que, ya en brazos de su madre o en los de su abuelo, hacía las travesuras propias de su edad, como intentar quitar las gafas de sol a su abuelo Samuel o fijarse en cualquier detalle de aquellos que adornaban la lancha, un nuevo medio de transporte que está descubriendo en estos días y que su abuelo mantiene en muy buen estado.

Su madre, Isabel, como toda buena madre que se precie, llevaba una maleta con todo lo necesario para que el bebé pasase un buen día sin agobios. Este año es difícil que se produzca la reunión entre los Flores y los Suárez, ya que la esposa del primer presidente de la democracia no está muy bien de salud y las últimas noticias que se tenían de ellos los hacían en una clínica de Madrid. Una pista de que aún siguen ahí es que Adolfo Suárez padre siempre participaba en el torneo de golf de La Sonrisa Médica, que se celebró el sábado pasado en Bendinat. En esta ocasión, los payasos no pudieron contar con la presencia de Suárez, que siempre ponía la nota amable a una jornada especial.