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El «Royal Clipper», el velero más grande del mundo, visitó ayer el puerto de Palma en su temporada inaugural al mando del capitán Gerhard Lickfett. Inspirado en los grandes «cinco palos» de finales del siglo XIX, (como el «Preussen», de 1902), lleva un total de 42 velas que totalizan 5.000 metros cuadrados de trapo hasta una altura de 54 metros. Una marca imbatida desde la época dorada de los clippers de leyenda.

Destinado a una clientela exclusiva, sus interiores suntuosamente decorados, combinan romance y esplendor. El pasajero dispone de 134 metros de eslora por 16 de manga en cubiertas revestidas en madera de teca donde abundan los elementos tradicionales como bitácoras y grandes ruedas de timón bajo las vergas. Un intrincado aparejo con sus jarcias firmes y de labor, entre poleas y obenques confieren al «Royal Clipper» una atmósfera que evoca el sabor de la nostalgia.

Disfrutar de este sueño marítimo perteneciente a la naviera Star Clippers, de Luxemburgo, cuesta a sus 228 pasajeros entre 150.000 y 300.000 pesetas por día según sea la acomodación elegida. Inaugurado este año, el único puro cinco palos, recién construido en Gante (Bélgica), realiza en la actualidad un crucero con visitas a Cannes, Barcelona, Palamós y Saint Tropez para continuar después hacia Calvi, Bonifacio, Elba, Portofino y Mónaco. Consignado por Marítima del Mediterráneo, prevé realizar este año tres visitas a Mallorca, que se incrementarán a 20 en 2001.