De los tres «Fortuna» que se han conocido, tan sólo a éste habido que hacerle una serie de reajustes.

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Ya digo, es la versión que nos cuentan desde Marivent ayer por la tarde. ¿Nos la creemos? ¡Hombre..., pues qué quiere que le diga! Ni sí, ni no, sino todo lo contrario. «Porque, ¿sabe usted? "sigue explicando el portavoz oficial", se aprovecha también que el Rey está participando en la Copa, y así, cuando ésta finalice el 'Fortuna' estará a punto para navegar».

Lo cierto es que ayer el «Fortuna» abandonó su amarre oficial para dirigirse al dique seco, a revisarse, a las 11.47 de la mañana. Ya ven a qué horas, como para llevarlo en secreto. Fue poco después de que el rey Harald y su tripulación embarcaran en el «Fram XIV» abarloado al yate real noruego y pusiera rumbo hacia el campo de regatas y que la reina doña Sofía y sus hermanos Constantino e Irene se hicieran a la mar, a bordo de la «Llamp», para seguir la regata larga de la Copa del Rey. Con anterioridad, y por espacio de más de una hora, los hombres rana estuvieron retirando cables y echando un vistazo al fondo marino que debía surcar el yate.

Desde el hangar "¿se denomina así?" del pequeño astillero de Portopí salía la plataforma sobre la cual se deslizan los barcos en el momento de ser botados o de ser extraídos del agua, y se sumergía en ésta, dejando al descubierto, al rato, una especie de mástil. A las 11.47, digo, el «Fortuna», tras soltar amarras, reculó hasta poder emproar hacia el fondo de la dársena de Portopí. A escasos 20 metros de la puerta del «quirófano», y por espacio de casi una hora, estuvieron enganchando la proa del «Fortuna» con el saliente de la rampa. A Richard Cross, el capitán, se le veía hablar por el móvil con alguien, ir y venir, subir y bajar, ordenado y escuchando... Luego, sin darnos cuenta, el yate fue acercándose a la boca del hangar, impulsado por una poderosa fuerza que actuaba sobre el mástil. Tardó en entrar un cuarto de hora. Cerca de las dos de la tarde se cerraron las puertas, quedando el yate, si vale la metáfora, sobre la mesa de operaciones donde se le efectuarán los ajustes propios de la primera revisión de un buque de estas características.