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A lo largo del día de ayer hubo fiesta en Es Canyar. Por la mañana, y en la más estricta intimidad, Cristina Macaya bautizaba en la pequeña capilla de la finca a su último nieto, hijo de Javier Macaya y Clodine Cisneros, casados hace año y medio en Caracas.

Por la noche, se celebró la cena, a la que asistieron alrededor de 200 invitados. Fue una fiesta de blanco. Blancas ellas, blancos ellos. Predominó la gente de aquí sobre los invitados que llegan de fuera, entre los que no saltó la sorpresa. Entre todos ellos, hubo muchos rostros conocidos, como el juez Barceló; el marino Rodríguez Toubes; el empresario David Stein; algunos miembros de la familia March; Jaime Ensenyat; «Pipo» de Sentmenat; Paco Calatayud, de Costa Nord; el exconseller de Sanitat, Tito Fiol; el abogado Joan Buades; los pintores Bruno Zupan junto a su hija Natasha y Ramon Canet; el príncipe Tchokotoua; Cristine Oliver; el galerista Pepe Piña; Miquel Serra, director general de Publicaciones del Grupo Serra y, como personaje del corazón, la italiana Antonia dell'Atte, entre otros muchos.

Las mesas de los invitados, redondas, se distribuyeron de ocho en ocho. Antes de la cena, y para congregar a todos los invitados, a eso de las 22, se sirvieron cócteles de lo más variado y unas copas de champán. ¿Que de qué cenaron? De primero se sirvió una exquisita crema de almendra, seguida de burballes de peix y cordero al horno, todo ello bien regado. Amenizó la velada el cantante Toni Obrador, que fue de los pocos que no vistió atuendo blanco "iba de traje negro" y un mariachi, y en la madrugada un Dj.