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En la zona más meridional de Mallorca, la ausencia de formaciones montañosas propicia la acumulación de arena, el asentamiento de dunas, y el embalsamiento de agua marina en depresiones cercanas a la costa. Salinas, estanques y playas largas se unen para dar forma a un paraíso natural que tiene la consideración de Espacio Protegido.

Los términos municipales de ses Salines, Campos y Santanyí abarcan tierras del sur, de escasa altitud, que disminuye junto a la línea litoral favoreciendo los embalsamientos de agua y la formación de salinas como es Salobrar en Campos; o los estanques de ses Gambes, el Des Tamarells o el de Sa Colònia, que encerrados en Àreas Naturales de Especial Interés, son espacios protegidos por su riqueza en especies vegetales y animales.

La Colònia de Sant Jordi, localidad eminentemente turística y pesquera, ha crecido en los últimos años extendiéndose frente a los islotes de Na Guardis, Na Moltona, Na Pelada y Na Corberana. Entre la Colònia, situada en la Punta Volantina, y el Cap de ses Salines, playas de difícil acceso conservan el aspecto natural del Mediterráneo de antaño: es Caragol o ses Roquetes guardan su arena fina y blanca entre la vegetación, a un lado; y el agua del mar, al otro. Y hacia el NO, es Trenc, ses covetes y el Arenal de sa Ràpita, playas «tropicales», salvajes, kilométricas. Hermosas cuando el mar se estanca tranquilo; espectaculares si en ellas rompen las olas.