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El Estudi General Lul·lià dio por concluidos ayer por la tarde los cursos para extranjeros que ha impartido a lo largo del mes de julio. Mediante una ceremonia breve, en la que el rector del centro, Gabriel Oliver, leyó la memoria de las tres semanas de clases, se puso punto y final a la edición número 49 de estos cursos.

Para la próxima temporada estival se prevé conmemorar el cincuenta aniversario desde que el Estudi inició el camino de enseñar el castellano a alumnos procedentes de distintos países. Este año han asistido a las clases 60 personas de todas las edades y de origen dispar: Francia, Alemania, Estados Unidos, Polonia y Lituania, entre otros países.

Tras el discurso del rector, el alumnado recogió sus diplomas, en los que se podía leer la calificación que habían obtenido. Después, un aperitivo para celebrar la culminación de tres duras semanas de aprendizaje intensivo. La mayor parte de los estudiantes estaban satisfechos del resultado obtenido. De sus impresiones se desprende que los cursos han estado bien estructurados y que para ellos han sido vitales las clases que se dedicaron a la conversación.

Una alumna sueca, Johanna Sallstrom, indicó que lo peor fue el número excesivo de horas concentradas en tan pocos días, aunque de su expresión en español se deduce que le han servido bastante. Otros, como el italiano Ricardo Fuente, subrayaron que no habían tenido mucho tiempo para hacer amistades. Cordialidad, alegría y satisfacción presidieron el acto de clausura de unos cursos que, con el paso de los años, han adquirido solera.