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Ayer se cumplió una semana de la llegada de 101 niños saharauis a Mallorca. Ya han pasado siete días de convivencia con las familias que, voluntariamente, les acogieron en sus casas. Y llegó el momento del intercambio de experiencias. Por tal motivo, la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Balears organizó para la tarde del domingo una fiesta de bienvenida en el Parc de la Mar. Los niños se reencontraron con sus compatriotas y las familias se conocieron.

El ambiente que se vivió fue festivo desde el principio. La asociación preparó varios talleres, distintos juegos de animación y música. Todos los niños que se acercaron en la tarde de ayer a la zona recibieron regalos. No sólo los saharauis, también aquellos que tenían ganas de conocer la situación de este colectivo. Los talleres sirvieron para que los pequeños hicieran caretas con cartulinas, bolas malabares y pulseras. Las familias que han acogido a los saharauis se fundieron en un todo, del que sólo se observaba cordialidad. Un camión de bomberos aparcado a un lado del parque infantil expulsaba agua a presión hacia unos globos con los que los niños jugaban. Se trataba de refrescar una tarde calurosa mediante el juego.

Los 101 pequeños en una semana han sabido adaptarse a unas nuevas condiciones de vida, mucho más benévolas que las que soportan en el campo de refugiados de Tindouf. Allí el calor es extremo y la falta de agua supone un calvario. Esta semana se les sometió a una revisión médica. Los resultados son óptimos, salvo problemas oftalmológicos leves. Con todo, la presidenta de la asociación, Victoria Català, aclaró que pese a experimentar una nueva vida en la Isla «los niños, cuando se cumpla el período de estancia estipulado en Mallorca, estarán deseando volver con sus familias, a las que echan mucho de menos».