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Liska, el leopardo hembra del Williams, da a luz a tres crías en la Colònia de Sant Jordi
Asegura el dicho circense que cuando nacen animales en el circo es que el circo va bien. Eso significa que el Circo Williams, asentado en estos días en la Colònia de Sant Jordi, va viento en popa, pues anteayer, la hembra de leopardo Liska trajo al mundo a tres preciosos leoparditos, uno de los cuales "según dicta la tradición circense" se llamará o Colònia o Sant Jordi, que es el lugar del parto, en este caso triple.

Ni que decir tiene que ayer fue día de fiesta en el Williams. Y quien más lo celebraba era Karl, el domador, no sólo por la buena nueva sino que, ¡por fin!, podría ya dormir tranquilo por las noches, pues desde hacía tres, controlando a la parturienta leopardo hembra, es que no pegaba ojo, siempre a su lado, pendiente de ella, «sobre todo porque no es bueno que den a luz solas, ya que el macho puede comerse a las crías». También puede darse el caso que ella se las coma, «pero ella no lo hará, ya que intuye que el futuro de sus hijos no tendrá ningún problema. Los devoran cuando sabe que los puede perder o cuando no hay comida».

Llama poderosamente la atención ver cómo se mueve Karl en la pequeña jaula, o cómo toma en sus manos a los cachorrilos sin que la madre saque a relucir el instinto y la casta. Y es que, como Karl suele tratar muy bien a sus animales, a los que adiestra sin necesidad de golpearlos ni maltratarlos, estos corresponden con suma docilidad. Los tres cachorros, que no tienen ningún problema de subsistencia, pues desde el primer instante se están alimentando muy bien por su madre, comenzarán a ser adiestrados en cuanto cumplan el primer año.