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Con el inicio del mes de julio comienzan para muchos las vacaciones de verano y prueba de ello es la gran cantidad de gente que viste de corto y acude a la playa para disfrutar de refrescantes jornadas junto a la orilla del mar. La mayoría decide pasar las vacaciones en la playa. Aprovechan para leer un libro, pasear, hacer algo de deporte, comer en la terraza de los restaurantes... Quienes se lo pasan en grande son los 'peques' de la familia, que no paran en todo el día. Sólo salen del agua para jugar a hacer castillos de arena.

Lo que está de moda este verano es ir a la playa en bicicleta, llevarse fruta fresca y agua. El pareo es la prenda más cómoda para las señoras; pero el hombre, sobre todo en Eivissa, también lo utiliza para días de baño. Los más jóvenes acuden a la playa «armados» en grupo y a todo gas en sus ciclomotores con radio-cassetes, pelotas, colchonetas, etcétera. Otro de los personajes tradicionales del verano, camuflado en la arena, es el mirón y el «picador», que intenta ligar con todas. El grito de «¡melón, beer, orange!» regresa un verano más a la Platja de Palma, Cala Major y Palma Nova, entre otras. También hay que destacar que el pillaje y los amigos de lo ajeno no se cogen vacaciones y trabajan todo lo que pueden observando el descuido de los bañistas para ponerse manos a la obra. Por ello, la Policía Local cubre todo el territorio playero con agentes que se pasean continuamente en bicicleta.

Además de la toalla y el traje de baño, no hay que olvidarse de las cremas protectoras, pues muchos son los afectados, cada verano, por quemaduras de sol.