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Hace años era habitual en las calles de Palma la presencia de miembros de la Policía Militar en patrullas urbanas, por parejas. La existencia de numerosos reclutas de uniforme en la ciudad y un mayor número de soldados de reemplazo determinaba este servicio de vigilancia. Entonces, los efectivos bajo las siglas PM utilizaban el uniforme caqui con casco y correas de color blanco y conformaban diversas secciones. Con la Constitución, a finales de los años 70, de las compañías de Policía Militar, se inició su transformación, paralela a distintos ámbitos del Ejército.

La Policía Militar se circunscribe ahora al contexto que le es propio y destaca por su proyección profesional en ocupaciones civiles. En la actualidad cuenta con setenta y cinco miembros en Mallorca, más siete mandos, destinados a unidades de seguridad y vigilancia. De ellos, alrededor de la mitad son profesionales que se ocupan de múltiples tareas en permanente entrenamiento práctico y teórico. Su uniforme es en la actualidad el de campaña, con boina marrón y para sus desplazamientos dispone de un total de doce vehículos.

Según indicó a Ultima Hora el capitán de la PM Jesús Jurado, las ocupaciones de la Policía Militar hoy día son numerosas y abarcan enseñanzas que van desde la defensa personal, con cursos de judo, al tiro con pistola con ambas manos, lucha con tonfa (especie de porra rígida de origen japonés), los cacheos y reducciones, el aprendizaje del lenguaje convenido, utilizado para transmisiones en clave secreta, el posicionamiento en ubicaciones topográficas o el control de accesos, entre otras funciones. Una vez al mes la compañía realiza ascensiones a los picos de la Isla, como la que realizó hace poco tiempo al Tomir.