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«'Gran Hermano' ha cambiado mi vida». Mónica Ruiz, mallorquina, veinticuatro años y muy guapa, fue la primera de las nuevas concursantes que el gran número de espectadores de ese fenómeno televisivo pudo ver. Sobre las 22.15 horas, una de las espectadoras del plató adivinó que aquella chicarrona con jerjey claro y pantalón celeste era la candidata a entrar en la 'casa'. Sentada justo detrás de los azucarados Mari José Galera y Jorge Berrocal y de los simpáticos Silvia Casado e Israel Pita, Mónica vio el vídeo que Zeppelin había preparado de ella en Palma. En la playa (luciendo palmito), en la discoteca Pachá (disfrutando de una maravillosa vista sobre la bahía) y en un karaoke (con dos de sus amigas), Mónica dijo que se sentía una privilegiada por poder participar en ese programa. También se refirió a sus «dos» madres: su madre, Isa, y su abuela, la señora Rosa, que salió a darle ánimos a su nieta. Sus amigas se refirieron a ella como una muy buena chica, «aunque cuando se enfada vale más estar lejos de ella», dijo su amiga rubia con piercing debajo del labio. Ella confió en la buena acogida de los residentes.

Después de la salida por la puerta «Star Treck», Mercedes Milà presentó a los dos nuevos concursantes: Koldo Sagastizábal, un guipuzcoano de veintiún años residente en Bilbao y muy al estilo Bob Marley, e Íñigo González, sevillano de veinticuatro años y estudiante de Filologia inglesa y japonés.

No todo el protagonismo del programa especial que ayer emitía Tele 5 fue para los nuevos personajes. María José Galera, la guapa sevillana, confirmó una noticia que estos días pasados corría de boca en boca: «Hubo una etapa de mi vida en que estaba entre la espada y la pared, y tuve que hacer cosas que no me gustan. Lo hice por mi familia». Al lado de ella estaba Jorge: «Quiero a Mari Jose, a Mari Jose globalmente. Pasaremos el resto de nuestra vida juntos».

Estas no fueron, pero, las únicas escenas emocionantes. En Soto del Real, numerosos amigos habían ido a despedir a los integrantes. Las amigas de Mónica, familiares,... la apretujaban contra sí mismos. En una pequeña entrevista con Fernando Acaso, la azafata de barco (como después rectificaría Boris Izaguirre) dijo que estaba muy emocionada y preparada para traspasar la gran puerta. Ella era la que llevaba el equipaje más voluminoso. Con un gorrito a juego con su pantalón celeste, mostró una gran determinación. A la puerta de la casa esperaban los «veteranos», que les recibieron con muestra de gran cariño y afecto. Una canción se coreó allí mismo: «De la casa de 'Gran Hermano', no nos moverán» y «de ese peazo Mónica no nos moverán».